Ha llegado el otoño y los días cortos invitan al recogimiento… oh. Mocoland se puso metafísico este verano y nos dio dos buenos ejemplos de ello. Enlazando con el canto a la memoria de Benjamín Britten de Arvo Pärt me gustaría hacer mi pequeño homenaje a éste compositor que tanto cambio produjo en la música del siglo XX. Es una parte del Réquiem de Guerra. Fue compuesto por B. Britten para la restauración de la catedral de Coventry en 1962 después de haber sido destruida en la segunda guerra mundial. La formación es para barítono, soprano y tenor solista, coro de voces blancas y gran orquesta sinfónica. La soprano y el coro cantan el texto tradicional del réquiem en latín, el tenor y el barítono cantan poemas de Wilfred Owen colocados en distintas partes de la obra. En su intento de que la obra fuera una actuación de unidad, eligió para su estreno una soprano rusa, un tenor inglés y un barítono alemán, pero la entonces Unión Soviética no permitió a la solista desplazarse para el evento. El corte que os ofrezco pertenece a la parte del ”Dies Irae” y a la batuta M. Rostropovich. Mi recomendación como una de las mejores versiones es la del autor de 1963 ya con la soprano rusa (esta vez si la dejaron) y con la orquesta filarmónica de Londres. Espero podais disfrutar del poderío de la orquesta y los coros y me despido hasta próximos capítulos.