Hace un par de días que he finalizado la lectura de “Morrissey & Marr: La alianza rota. La historia definitiva de The Smiths.”, el conocido libro de Johnny Rogan que hace pocos meses se publicó en español por T&B Editores con casi dos décadas de retraso desde su circulación inicial (1992).

El caso es que el libro – gracias Paco por semejante regalo de cumpleaños – me ha dejado un sabor agridulce. Hay que decir que la traducción, obra de Rocío Valero, deja bastante que desear. Ciertamente yo no soy ningún gran entendido del idioma inglés pero es cierto que la Srta. Valero hace unas traducciones un tanto libres de muchos de los textos de Morrissey. El otro punto negativo es la incorrectísima impresión por parte de T&B Editores que por lo que se ve no repararon en la infinidad de faltas de ortografía que contiene el texto. Algo que no podéis ni imaginar. No hay párrafo que no contenga un error ortográfico, fechas cambiadas (donde debería poner 1977 pone 1997, por ejemplo), incluso apellidos que bailan - donde debería decir Rourke (bajista) dice Joyce (batería), también por llamar en alguna ocasión a Marr, Morr - y así hasta el infinito. Pero no penséis que es algo puntual y que me he puesto quisquilloso con el libro, no. Es brutal y completamente denunciable el absoluto pasotismo de la editorial que ni tan siquiera habrá leído o revisado los textos que han publicado. He pensado incluso mandar una carta a la editorial para que se corrijan esa cantidad de errores en futuras ediciones. Eso espero…

Por el contrario, el material que nos propone Johnny Rogan es ciertamente recomendable. Sí que es cierto que se extiende en demasía en los primeros capítulos, donde da a conocer la historia de los antepasados de Morrissey en Irlanda para ponernos un poco en situación, incluso entrando en cuestiones políticas y demasiado espesas que no vienen al caso. Con Johnny Marr sin embargo el repaso familiar es algo más comedido, lo justo y necesario. Pero cuando la cosa empieza a entrar en materia Rogan se emplea a fondo. Del libro se desprende, y queda claro, que Rogan ha sido y será un acólito absoluto de los de Manchester y especialmente de Morrissey; aunque no se si tanto después de la declaraciones de Mozzer deseándole a Rogan “una muerte inmediata y dolorosa”.

El caso es que el libro, con ricas declaraciones de colaboradores, músicos, mánagers, ingenieros de sonido, productores y personajes relacionados con el imperio Smithdom, esta lleno de curiosidades, de exclusivas – no tanto después del paso de los años – y de pistas que nos hacen comprender mejor la rápida ascensión y posterior declive de este maravilloso cuarteto mancuniano. Aunque lo de cuarteto es algo simbolista. Quienes partían el bacalao en realidad eran Marr/Morrissey, Morrissey/Marr. Una de las mejores secciones rítmicas que ha dado el pop británico – Andy Rourke y Mike Joyce – eran meros asalariados del dúo de compositores (¡como suena!) y éstos no dejaban que nadie se inmiscuyesen en los asuntos económicos, administrativos, de producción y artísticos de la banda.

Se deja ver los problemas de el tándem respecto a sus obligaciones contractuales respecto a su sello discográfico (Rouge Trade), sus nulas relaciones con sus representantes, mánagers y colaboradores que entraban y salían sin hacer ruido por puro capricho de Marr y, especialmente, de Morrissey… en definitiva, los Smiths o mejor dicho, Morrissey y Marr, no querían delegar responsabilidades en otros pero ellos mismos no sabían diligenciar los asuntos más importantes hasta que las cosas se ponían bastante negras. Suspendían conciertos y giras fuera del Reino Unido de manera habitual. Leyendo el libro no es tan raro asimilar ahora la “espantá” de Morrissey en el Festival de Benicássim en el 2004. Era algo habitual, especialmente en las salidas de la banda al continente. Ya lo hicieron en 1985 en San Sebastián en la gira “Meat is murder”, la que los trajo a Madrid y Barcelona. En una ocasión incluso fue el propio Mozzer el que dejó al resto de la banda colgado sin previo aviso. Y esas cosas tienen que doler.

Al final el cuarteto se disolvió de una manera algo absurda. El distanciamiento entre Morrissey y Marr se hizo cada vez más evidente. Marr quería abrirse a nuevas fórmulas musicales, todas esas que estaban en su cabeza y que no tenían cabida con un colaborador tan anclado en el pasado y en su mundo interior como el bardo que firmaba junto a él las canciones. Fue el New Musical Express el que echo la leña al fuego definitiva – siempre buscando noticias donde no las hay – y justo al finalizar la grabación de su último gran disco, “Strangeways, here we come”, con Johnny de vacaciones en Los Angeles y un sustancioso contrato discográfico en ciernes con EMI, la revista lanza la noticia-rumor de que la banda no volvería a grabar y que se separaban. Y así fue. Los cuatro miembros de la banda se enteraron por la prensa de algo que llevaban dentro de sus cabezas en los últimos tiempos pero que ninguno se había atrevido a exponerlo claramente al resto. Algo completamente inmaduro y pueril. Justo en la cumbre de su carrera The Smiths se precipitan al vacío sin quererlo pero también sin impedirlo, para lástima de muchos. Cinco años de carrera, cuatro discos de estudio como cuatro soles y millones de acólitos con el corazón roto por todo el mundo. Todavía recuerdo la azarosa noticia en Radio 3 de mano del gran Rafael Abitbol estrenando el nuevo single – póstumo – “Girlfriend in a coma”. Si hubiesen seguido juntos por el buen camino creo que hubiesen sido de las bandas más grandes del mundo. Fijaos en los aplicados U2 o REM hasta donde han llegado. Pero quizás también su corta e intensa carrera y todas esas grandes esperanzas puestas en ellos los catapultaron automáticamente hasta el estatus de mito.

En resumen, gran material de John Rogan pero deficiente traslado a nuestro país, tanto por la traducción como por la edición.

Aprovechando la ocasión os cuelgo también un par de temas del bootleg doble vinilo que se acaba de publicar bajo el título “Unreleased demos & instrumentals” con versiones caseras de varios de sus temas así como instrumentales que nunca llegaron a tener la condición de tal. En concreto la preciosa “This night has oponed my eyes” y “Girlfriend in a coma” con un ritmo muy jamaicano.

Un saludo y feliz escucha y lectura.



The Smiths – “This night has opened my eyes”.



The Smiths – “Girlfriend in a coma”.