Exactamente hoy se cumplen 25 años de la publicación del prestigioso "The Queen is Dead" de The Smiths. Un cuarto de siglo que el disco, uno de los más importantes de la música pop británica según los expertos, ha soportado con una entereza inusual para un trabajo de música popular. Escuchar "The Queen is Dead" hoy es refugiarse en un lugar seguro. Es volver a la niñez y a todos y cada uno de los buenos momentos que uno puede haber pasado en estos vertiginosos 25 años. Un disco que me ha acompañado como un fiel amigo que no se separa de tu lado ni en los malos momentos y que todavía me sigue fiel y mueve su cola sobre mi pierna para que de vez en cuando lo desempolve. Y eso hago, eso hago…

Mi primera Reina fue en cassette, algo diferente en cuanto a la tonalidad del acabado de la portada y con un fotograma algo distinto en el que aparece Alain Delon en el film "La muerte no deserta" ("L'insoumis" 1965). Aunque no la tuve en mi poder hasta aquel verano de 1986 ya que la compre contra-reembolso a la revista Discoplay – seguro que muchos de vosotros la recordáis, verdad? –, junto a "The Head on the Door" de The Cure; así que tuve que esperar unas cuantas semanas para disfrutar la Reina en su totalidad. Hasta ese momento sólo había podido escuchar vía radio los dos singles que se adelantaron a la publicación del disco: "The boy with the thorn in his side" y "Bigmouth strikes again". Alucine, re-aluciné y volví a alucinar, quizás hasta el día de hoy, con las canciones que Morrissey y Marr se sacaron de la manga desde el desconcertante inicio con el tema que da título al disco. En aquellos años era mi biblia personal, el cénit de mi mundo musical. "The Smiths" y "Meat is murder" eran insuperables y ellos hicieron el triple salto mortal sólo un año después. Y ganaron… "I know it´s over" todavía me parte el corazón cuando la escucho. "There is a light that never goes out" es una de las letras más apasionadas que se hayan escrito jamás. Y "The boy with…" se convirtió en Gran Bretaña en un himno casi-generacional. Los arpegios y la increíble técnica guitarrística de Marr eran sobresalientes. "Some girls are bigger than others" me dejó con la boca abierta. Pero también estaba colgado con "Never had no one ever" y con "Cemetry gates"… Mi único obstáculo, el lingüístico, lo salvé gracias a la gente de Nuevos Medios (discográfica que distribuía el material de The Smiths en España). Como en aquellos tiempos, incluso ahora, soy un ignorante del idioma de las islas, era habitual mi correspondencia con el sello madrileño y ellos, de una manera gratuita y desinteresada, me mantenían al día de todos los movimientos de los de Manchester con información de nuevo material a publicar, letras traducidas (fundamental para bucear en el universo Smith), informes de prensa, postales, fotos… Quizás ellos, el sello del desaparecido Mario Pacheco, fueron los que metieron bajo mi piel la pasión por la banda, pasión que llega hasta hoy y que el Morrissey del nuevo siglo no ha llegado a encender todavía en mí. Todo este material, con aquel anagrama - diseñado por Joan Miró - y el membrete de Nuevos Medios estampado en sus hojas, lo guardo aún hoy como oro en paño. No sé si algún día lo pondré todo en una cápsula del tiempo y enterrarlo para que generaciones futuras conozcan ese legado o bien lo heredará mi hija, esperando que sepa apreciar el valor sentimental que ello conlleva. Desde entonces han llegado muchos "The Queen is dead" en todo tipo de reediciones y formatos. Han llegado discos de homenaje y tributo. Pero nada puede parecerse a la sensación primigenia de la escucha de este disco cuando el acné es uno de los mayores problemas que se plantean en tu vida.


Todavía hoy espero sin éxito que se publique material realmente nuevo, perdido – o a buen recaudo – por las oficinas londinenses de Geoff Travis en Rough Trade. Este hubiese sido un buen momento para la publicación de algún material inédito o una edición de super-lujo, ya que lo único desdeñable de este disco es que no hubiese sido un trabajo doble, con más canciones y más minutaje en sus surcos (37 minutos únicamente). Pese a todo es de los discos que me hacen sentir protegido y exuberante. Os dejo enlace con Spotify para que sintáis "The Queen is dead" de principio a fin. Para mí y a día de hoy, veinticinco años después, la Reina todavía no ha muerto.

Un saludo y feliz escucha.



The Smiths – “There is a light…”.



The Smiths – “I know it’s over”.



The Smtihs – “The boy with the thorn in his side”.



The Smiths – “Cemetry gates”.